El Santo Grial
El Santo Grial es el plato o copa usado por Jesucristo en la Última Cena. La relación entre el Grial, el Cáliz y José de Arimatea procede de la obra de Robert de Boron Joseph d'Arimathie, publicada en el siglo XII. Según este relato, Jesús, ya resucitado, se aparece a José para entregarle el Grial y ordenarle que lo lleve a la isla de Britania. Siguiendo esta tradición, autores posteriores cuentan que el mismo José usó el cáliz para recoger la sangre y el agua emanadas de la herida abierta por la lanza del centurión en el costado de Cristo y que, más tarde, en Britania, estableció una dinastía de guardianes para mantenerlo a salvo y escondido. La búsqueda del Santo Grial es un importante elemento en las historias relacionadas con el Rey Arturo (el Ciclo Artúrico o Materia de Bretaña) donde se combinan la tradición cristiana con antiguos mitos celtas referidos a un caldero divino.
Otras leyendas acerca del Grial se entrecruzan con las relativas a las distintas copas antiguas que se consideran el Santo Cáliz.
Historia
Chrétien de Troyes
El primer autor en mencionar al Grial es, entre 1181 y 1191, el poeta Chrétien de Troyes en su narración Perceval también llamada Le Conte du Graal. La obra, presentada como tomada de un libro antiguo, habla de la visita de Perceval quien aspira a ser caballero del Rey Arturo al castillo del Rey Pescador, en el cual le es mostrado un grial. Dentro del mismo hay una especie de oblea que, milagrosamente, alimenta al herido padre del Rey. Perceval no pregunta por el significado de este objeto, lo cual le es reprochado más tarde.
Aunque posee un claro simbolismo cristiano, Chrétien no explica en qué consiste el grial, y la obra se interrumpe bruscamente. El autor no lo denomina santo, ni lo designa como el grial, sino simplemente como un grial y considera más importante su contenido la hostia consagrada del catolicismo que el recipiente. De hecho, teniendo en cuenta la etimología de la palabra, es muy posible que Chrétien aludiera a una sencilla bandeja.
Robert de Boron
La obra de Chrétien de Troyes marcaría el comienzo de la leyenda, pero serían Robert de Boron y Wolfram von Eschenbach quienes la desarrollarían de la manera que la conoció la Europa medieval. Robert de Boron, en Joseph d'Arimathie y Estoire del San Graal, es el responsable de transformar el grial de Chrétien en El Santo Grial. Este autor inglés espiritualiza el simple plato mencionado por el francés y lo convierte en la copa de la Última Cena, la misma que, según sostenían las leyendas, José de Arimatea usó después para recoger la sangre de las heridas durante la crucifixión de Cristo. De Boron es también el primero en afirmar que José y su familia llevaron el Grial a partes no especificadas de Britania.
Bajo relieve Alivio de entrar en la pista por debajo de la fachada tímpano de la catedral de San Juan en Varsovia.
Las leyendas del Grial
A partir de este momento, los textos se concentran en dos historias diferentes. Por un lado, las relacionadas con la búsqueda del Santo Grial, emprendidas por los caballeros del Rey Arturo, y, por el otro, las que relatan la propia historia del Grial desde los tiempos de José de Arimatea.
Entre las primeras se pueden citar:
Parzival, obra del caballero y poeta alemán Wolfram von Eschenbach, en la cual el concepto de De Boron sobre la santidad del Grial es unido al relato de Chrétien de Troyes.
Las cuatro continuaciones de la obra inconclusa de Chrétien de Troyes. Escritas por diferentes autores en los cincuenta años posteriores a la historia original, siguen el relato hasta la muerte de Perceval, ahora guardián del Grial, quien finalmente lo lleva consigo al Cielo.
El llamado Percival de Didot (nombre del propietario del manuscrito) que es probablemente una versión en prosa de la Estorie de Robert Boron.
El poema galés Peredur, generalmente incluido en los Mabinogion, inspirado en la obra de Chrétien pero que incorpora elementos de tradiciones pre-cristianas, como el culto céltico del Caldero.
El Perlesvaus, o Li Hauz Livres du Graal, considerado el que más se aparta de las tradiciones arturianas dando versiones diferentes a las aceptadas sobre los personajes de la historia.
El Diu Crône (La Corona), poema alemán de Heinrich von dem Türlin, en el cual es Gawain, antes que Perceval, quien obtiene el Grial.
El episodio de Lancelot en la llamada Vulgata arturiana, donde se introduce a Galahad como el héroe de la historia.
La Queste del Saint Graal, también parte de la Vulgata, que describe las aventuras de Galahad hasta lograr obtener el Grial.
De las segundas se mencionan:
La propia obra de Robert de Boron.
La Estoire del Saint Graal, primera parte de la Vulgata, escrita antes del episodio de Lancelot, que expande el texto de Robert de Boron con nuevos detalles.
Joseph de Arimathie, un poema aliterado escrito en inglés hacia 1310, que describe las actividades de José después de la Resurrección de Cristo y lo retrata como un apóstol predicador y guardián del Grial.
La Chronica sive Antiquitates Glastoniensis Ecclesiae (Crónica o Antigüedades de la Iglesia de Glastonbury), de John Seen, un monje local, en la que se dice que el Grial y la tumba de José de Arimatea habían estado en dicha iglesia.
De Sancto Joseph ab Arimathea escrito hacia 1430 por Fray John Capgrave, de Norfolk.
Historia del Santo Grial de Herry Lovelich, escrita hacia 1450, la primera traducción inglesa del cuento de la vulgata francesa Estoire del San Graal. Aquí, Josephes, el hijo de José, es el protagonista y el énfasis se pone en José de Arimatea y sus actividades de conversión en Britania, mientras que es minimizada su conexión con el Grial.
La Crónica de John Hardyng, completada en 1465, vincula a Arturo con José de Arimatea a quien acredita la construcción de la Mesa Redonda original.
El poema Jerusalén, en el prólogo al Milton de William Blake, escrito en 1808, evoca antiguas tradiciones que hacían de José el tío de Jesús y relataban la venida de éste, en su niñez, a Britania.
"La visión del Santo Grial" (1890)
El Perceval de Chrétien
Esta obra francesa inacabada dejó paso a numerosas terminaciones en muchos casos inconsistentes entre ellas. Los elementos de esta novela en relación con la leyenda son, de una parte, la caracterización de Perceval como caballero que se ve involucrado sin saberlo en la demanda del grial y el castillo del grial custodiado por caballeros que sirven al rey del grial o rey pescador.
El Parsifal de Eschenbach
Este libro refleja la tradición alemana que luego inspiraría la ópera de Richard Wagner. La historia presenta grandes paralelismos con la tradición francesa, aunque tiene elementos específicos de la misma; el más importante de los cuales es la identificación del Grial con una piedra preciosa del más puro origen. Según algunos estudiosos, Wolfram von Eschenbach se inspiró para esta descripción en el pasaje del Apocalipsis (2, 17) en el cual se habla de «una piedra blanca» entregada por el Señor a su elegido. La abadesa y mística Hildegard von Bingen, en el siglo XII, lo relaciona con la lapis exillis, piedra desprendida de la corona de Lucifer en el momento de su rebelión contra Dios.
Algunos autores ligados al esoterismo, basados en supuestos hallazgos arqueológicos, han elaborado la teoría de una presencia templaria en Argentina, transportando el Santo Grial. Aducen, entre las pruebas, unos versos de este poema que son una interpolación moderna debida al profesor de derecho Guillermo Alfredo Terrera.
Wilhelm Hauschild (1827-1887) mural "La Gralswunder" Castillo de Neuschwanstein, Baviera.
Ciclo de la Vulgata
Esta fuente, fuertemente influida por los escritos de Bernardo de Claraval, presenta la demanda del Santo Grial imbricada dentro del universo artúrico, enriqueciendo la tradición con otros elementos como una descripción del origen y significado del Grial. Según esta fuente, el cáliz habría pertenecido al servicio de mesa de José de Arimatea, un rico comerciante judío, quien según la tradición organizó la Última Cena.
José de Arimatea habría solicitado a Poncio Pilatos que se le entregara el cuerpo de Jesús (a quien hizo enterrar en una tumba de su propiedad) y la lanza con que fue herido (que quedó en su poder, junto con la copa). Como José era un próspero comerciante, en un viaje de negocios habría llegado hasta Albión (antiguo nombre de Gran Bretaña) y estableció su residencia en ella, levantando una capilla en Glastonbury.
Al morir José, los poemas aseguran que se tomaron recaudos para custodiar las reliquias, nombrándose un caballero para tal fin. Siendo Sir Pelles el guardián del Grial, otro caballero Sir Balin el Salvaje, quiso robarlo junto con las demás reliquias; ambos se batieron en una justa pero, al perder su espada, Sir Balin tomó la lanza sagrada e hirió a Pelles; inmediatamente el castillo se derrumbó debido a la profanación.
El Grial, entonces, desapareció de la vista de los hombres hasta que un caballero puro de corazón lo encontrara. Finalmente sir Galahad, el más santo de los caballeros de la Mesa Redonda, halló el cáliz. Al morir, según los relatos del ciclo, el Grial fue llevado junto al caballero al Reino Celestial.
Variante neopagana
Algunos estudiosos vinculados al esoterismo, como Malcolm Godwin, quieren identificar la pérdida del Grial con hechos reales acaecidos a finales del Neolítico, cuando supuestamente existían en Europa diversas tribus matriarcales asentadas y pacíficas, cuya forma de vida se vio violentamente alterada por oleadas de tribus guerreras y violentas provenientes de Asia. Estos sucesos, que no cuentan con testimonios históricos o arqueológicos, habrían quedado en una posible memoria colectiva y adquirido una dimensión simbólica en la mitología celta hasta que, finalmente, fueron cristianizados por autores como Chrétien de Troyes, Wolfram von Eschenbach y otros. En esta interpretación, altamente especulativa, el Grial evocaría lo femenino (como símbolo del seno materno y de la vulva) y la Madre Tierra.
Interior da Igreja de San Maurizio.
Supuestos griales
Autores ligados al esoterismo o investigadores aficionados consideran a diversas reliquias y copas antiguas como el Santo Grial:
El Cáliz de la Catedral de Valencia: en la antigua sala capitular, hoy Capilla del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, se conserva un cáliz que la tradición aragonesa identifica con el Santo Grial, traído a España gracias a San Lorenzo mártir, diácono originario de Hispania, allá por el siglo III. Está compuesto por una copa de calcedonia (piedra semipreciosa) de 7 cm de altura y 9,5 de diámetro y un pie con asas añadido posteriormente. El arqueólogo Antonio Beltrán ha fechado la copa superior en torno al cambio de era (siglo I). Los dos Papas que han visitado la ciudad de Valencia (Juan Pablo II y Benedicto XVI), han usado este cáliz en las Eucaristías multitudinarias de sus visitas. Algunos consideran por ello que la Iglesia es favorable a la autenticidad de esta reliquia, en este sentido, el Vaticano ha aprobado Año Santo Jubilar para el “Santo Cáliz de Valencia”,13 14 así como el cardenal Cañizares anunció su intención de declarar el primer Año Santo Jubilar en Valencia por el Santo Cáliz en octubre del 2015. En torno al Cáliz de la Catedral de Valencia destacan la Cofradía del Santo Cáliz fundada por Benjamín Civera Miralles, Celador del Culto del Santo Cáliz, y erigida canónicamente en la Catedral, con estatutos aprobados ad experimentum el 25 de marzo de 1952, y con carácter definitivo, por parte del Prelado, el 25 de noviembre de 1955 así como la Real Hermandad del Santo Cáliz, cuerpo colegiado de la nobleza titulada valenciana y creada por el Arzobispo José María Salvador y Barrera en febrero de 1918.
El Cáliz de doña Urraca: según el Doctor en Filología Árabe y Licenciado en Historia; Gustavo Turienzo Veiga, este objeto, que se remonta al siglo XI en su forma actual, sería el auténtico Grial. El Doctor Turienzo descubrió dos manuscritos escritos en árabe en la Universidad de al-Azhar (Cairo) que relatan el traslado de la Copa a España; donada por el califa fatimí en 1054 al emir de la taifa de Denia, éste la regaló a Fernando I el Magno, quien se convirtió en rey de León tras la muerte de Vermudo III en la batalla de Tamarón. Esta investigación se detalla en el ensayo "Los reyes del Grial". El cáliz de doña Urraca se compone de dos copas o cuencos de ónice de origen romano y, según la nota periodística, a los investigadores siempre les llamó la atención que Urraca entregara a los orfebres algo que materialmente no tenía gran valor y además era un objeto de uso pagano. Margarita Torres y José Miguel Ortega del Río presentaron el 26 de marzo de 2014 el libro "Los reyes del Grial", donde relatan que, según el Doctor Turienzo; "la copa que la comunidad cristiana de Jerusalén en el siglo XI consideraba que era el cáliz de Cristo, se encuentra ubicada en la Basílica de San Isidoro de León".
Perceval llega al castillo del Grial, para ser recibidos por el Rey Pescador.
El Santo Grial de O´Cebreiro(Lugo): O´Cebreiro, es una aldea de Galicia en el Camino de Santiago. En ella existe un cáliz, que posee una gran importancia religiosa, ubicado en el Monasterio de Santa María do Cebreiro, existente desde mediados del siglo IX, vinculada a un hospital que asistía a los viajeros. El Cáliz en cuestión parece datar del siglo XII y presenta las inscripciones:"Hoc sacratur quo cuntis vita parabatur";"In nomine nostri christi et beate Marie Virgine". Una leyenda mencionada por diversas fuentes históricas y arqueológicas relata que sobre el altar de la capilla lateral de la iglesia estaba celebrando la eucaristía un monje. El religioso pensaba que aquel crudo día de invierno, en que la nieve se amontonaba y el viento era insoportable, nadie vendría a la misa, pero un tal Juan Santín, devoto vecino de la aldea de Barxamaior acudió. El monje menospreció el esfuerzo del campesino “para ver un poco de pan y de vino”, pero en el momento de la consagración la Hostia se convirtió en carne sensible a la vista, y el contenido del cáliz en sangre, la cual manó hasta teñir los corporales. La leyenda, según algunos, llegaría al norte de Europa, llevada por los peregrinos franceses y alemanes, siendo la inspiración de ciertos relatos vinculados al Grial. En 1486 los Reyes Católicos, de peregrinaje a Santiago, se detuvieron en el monasterio y donaron los fanales donde se guardan las reliquias del milagro. Se supone que este cáliz es el que figura en el escudo de Galicia, pero lo cierto es que el cáliz era un emblema de Galicia por razones de paronomasia.
El Cáliz de Antioquía de la Colección Cloisters del Metropolitan Museum de Nueva York, descubierto en Siria a principios del siglo XX. Investigaciones de finales del siglo XX sostienen, sin embargo, que la copa de Antioquía sería una falsificación contemporánea a su hallazgo.
El Sacro Catino de Génova, que fue llevado tras la Primera Cruzada a Italia. Es un plato hexagonal verde que se creía de esmeralda, aunque es un cristal verde egipcio. Los genoveses, en realidad, nunca han sostenido que se trate del Santo Grial, sino de una pieza de la vajilla usada durante la Santa Cena.
Vaso de Nanteos es un cuenco medieval de madera, procedente de la Mansión Nanteos, en Gales. Según la tradición de la familia Powell, propietaria de la reliquia, procede de la abadía de Glastonbury. Sin embargo, los que la examinaron llegaron a la conclusión de que se trata de un objeto del siglo XIV. Además, la tradición judía evita objetos porosos (como la madera) para la degustación del vino.
Caballeros del rey Arturo, se reunieron en la mesa redonda para celebrar el día de Pentecostés, ver una visión del Santo Grial. El Grial aparece como un copón velada, hecha de oro y decorada con joyas, en poder de dos ángeles. A partir de un manuscrito de Lancelot y el Santo Grial.
El Cáliz de Ardagh encontrado en Irlanda; se halla en el museo nacional de Dublín. Se trata de una pieza de orfebrería irlandesa fechada en el siglo VIII y nunca fue identificado con el Grial de la leyenda.
La Copa de Hawkstone Park, propiedad de Victoria Palmer. La reivindicación de esta pieza ha sido hecha por Graham Phillips, quien sostiene que la pieza fue llevada a Inglaterra tras ser saqueada Roma por los visigodos. La copa no mide más de seis centímetros, está hecha de una piedra semipreciosa ónice verde y, según el propio Philips, es muy posible que date de la época romana.
Achatschale: el Cuenco de Ágata que se encuentra en el tesoro de los Habsburgo en Viena. Se trata de un cuenco del siglo IV procedente de Constantinopla o Tréveris y que lleva una inscripción que puede leerse como B.XRISTO.RI.XXPP, supuesta referencia a Cristo, o bien como ARISTO, que podría ser el nombre del grabador. Es parte de las reliquias imperiales del desaparecido Sacro Imperio Romano Germánico; entre las cuales también figura la Lanza de Longinos, y no ha sido asociada, por lo común, con el Grial.
La Copa de Hierro: Aparece en las portadas del libro italiano: "La Leyenda del Santo Grial" de Gabriella Agrati e Maria Letizia Magini, donde se indica que esta pieza es el auténtico Grial, sin que exista alguna otra prueba conocida de dicha afirmación.
Copa de Santa Isabel: Copa que perteneció a Santa Isabel de Hungría, a la cual, tras la muerte de la santa, se le atribuyeron curaciones milagrosas. Isabel fue educada en la corte de Turingia, donde residió por un tiempo Wolfram von Eschenbach, autor de Parsifal.
El investigador ocultista José Ignacio Carmona Sánchez, en su estudio histórico Toledo y la Mesa de Salomón; entre Escila y Caribdis, relaciona al Grial con el Castillo de Montalbán y la Iglesia de Santa María de Melque en Toledo. Especulaciones que vincula, sin pruebas históricas, con la leyenda de la Mesa de Salomón y con tradiciones cabalísticas.
Esta pintura de 1895 por Edwin Austin Abbey muestra el caballero artúrico Sir Galahad descubrir la legendaria Santo Grial. El famoso cáliz ganó su poder espiritual como la copa usado por Jesucristo en la última cena.
Otros significados del Grial
El Grial es parte de la mitología cristiana medieval, por lo que carece de referencias específicas en los textos bíblicos. Diversos elementos han entrado en la formación del mito, entre ellos las leyendas monacales con su contenido alegórico y las referencias precristianas a recipientes mágicos como el cuerno de la abundancia o los calderos de la tradición céltica.
Autores posteriores identifican al Grial con la piedra filosofal de los alquimistas, las supuestas reliquias halladas por los Templarios o una alusión velada a la descendencia de Jesús. En su mayor parte, estos investigadores se vinculan a teorías conspirativas elaboradas con escasa rigurosidad histórica.
Peter Redgrove y Penélope Shuttle, poéticamente, ven en la imaginería del Grial un símbolo de la matriz femenina y del ciclo menstrual.
El filósofo francés René Guénon identifica el Grial con el Sagrado Corazón de Jesús. Para este, la pérdida del Grial simboliza al hombre desalojado de su centro original por su propia culpa, esto es, la pérdida del "sentido de la eternidad", con lo que se ve en lo sucesivo encerrado en la esfera temporal.
La leyenda del Grial ha fascinado a numerosos personajes históricos. El medievalista alemán Otto Rahn fue el más conocido de ellos por su vinculación con el régimen nazi. En efecto, tras haber escrito un libro sobre el tema: Kreuzzug gegen den Gral (Cruzada contra el Grial. Tragedia del catarismo) donde vinculaba al Grial con el movimiento cátaro, Rahn llamó la atención de Heinrich Himmler, jefe de la Sociedad Ahnenerbe, quien lo hizo ingresar a las SS. Disgustado con esta organización, Rahn renunció y posteriormente fue encontrado muerto (oficialmente se la calificó como suicidio). Este episodio ha dado pie a la creencia en una búsqueda secreta del Grial por la jerarquía nazi, siempre vinculada a temas ocultos.
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Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Grial
https://www.youtube.com/?hl=ES
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