Tina Turner y su legado psicológico y del alma
La huella psicológica y espiritual de Tina Turner es profundamente inspiradora y ejemplifica el poder de la resiliencia y de la transformación personal.
Your browser (Internet Explorer 7 or lower) is out of date. It has known security flaws and may not display all features of this and other websites. Learn how to update your browser.
Einstein se declaró agnóstico, a la vez que rechazaba la etiqueta de ateo. Dijo que creía en el Dios "panteísta" de Baruch Spinoza, pero no en un dios personal, una creencia que criticó. Einstein distingue tres estilos que suelen entremezclarse en la práctica de la religión. El primero está motivado por el miedo y la mala comprensión de la causalidad y, por tanto, tiende a inventar seres sobrenaturales. El segundo es social y moral, motivado por el deseo de apoyo y amor. Ambos tienen un concepto antropomórfico de Dios. El tercero –que Einstein considera el más maduro–, está motivado por un profundo sentido de asombro y misterio.
El panteísmo es una creencia o concepción del mundo y una doctrina filosófica según la cual el Universo, la naturaleza y Dios son equivalentes. La ley natural, la existencia y el universo (la suma de todo lo que fue, es y será) se representa por medio del concepto teológico de "Dios". La palabra está compuesta del término griego πᾶν(pan), que significa todo, y θεός (theos), que significa Dios. Así, se forma una frase que afirma: Todo es Dios y Dios es todo.
La Biblia sea judía o cristiana, sea la Torá o el Viejo Testamento no fue escrita por Dios, tampoco el Nuevo Testamento fue escrito por Jesús de Nazareth, quien es considerado por los cristianos como el "hijo de Dios". Esta es la verdad, todos los libros sagrados han sido escrito por seres humanos que dicen haber sido inspirados por Dios. Los Cuatro Vedas, el Popol Vuh, Los Cuatro Libros Clásicos de Confucio, El Corán, El Tao Te King, Las Biblias, católica, judía, cristiana, el Zend-avesta, el Libro de los Muertos, el Bhagavad Gītā, el Libro del Mormón y otros tantos libros religiosos, todos -sin excepción- fueron escritos por personas, nunca por Dios. Sin embargo, judíos, cristianos y católicos han considerado y afirmado que la Biblia es la "Palabra de Dios".
Dios nunca ha manifestado por sí mismo que la Biblia es su palabra, quien si lo dijo fue un ser humano: Tomás de Aquino quien afirmó que "El autor de las Sagradas Escrituras es Dios".
Recientes investigaciones científicas parecen demostrar que la conciencia de los seres humanos transciende la muerte. Es decir, no muere. Cuando la persona fallece, la conciencia se desprende del cuerpo y continua su existencia. Los avances en el campo de la neurociencia han logrado establecer que la conciencia de cada persona sobrevive después de expirar el cuerpo humano que lo habitaba. A través de la mecánica cuántica los científicos han comenzado a descifrar y describir lo que ocurre en el cerebro cuando se extingue y adonde va nuestra conciencia.
En los últimos años, los científicos Stuart Hameroff y Roger Penrose han encontrado una relación entre las partículas subatómicas y la conciencia de los seres humanos y plantean que existe una conexión entre los seres vivos y el Universo.
.
Un ángel es un ser inmaterial o espiritual presente en algunas religiones cuyos deberes son asistir y servir a Dios. Los ángeles son a menudo representados como mensajeros de Dios en la Biblia hebrea, Biblias cristianas y el Corán. Según las tres principales religiones monoteístas, los ángeles además actúan como mensajeros, ejecutando los juicios de Dios y sirviendo a los creyentes. Desde este punto de vista, los ángeles son normalmente considerados como criaturas de gran pureza destinadas en muchos casos a la protección de los seres humanos. En este sentido, en el cristianismo, se habla del ángel de la guarda o ángel custodio, que sería aquel que Dios tiene señalado a cada persona para protegerla. Por contraposición, también existe la figura del ángel caído, aquel que ha sido expulsado del cielo por desobedecer o rebelarse contra Dios. Los más conocidos en el cristianismo son San Miguel, San Gabriel y San Rafael.