La Iglesia católica apostólica ortodoxa es una confesión cristiana, cuya antigüedad se remonta a Jesús y a los doce apóstoles, a través de una sucesión apostólica ininterrumpida. Es la segunda Iglesia cristiana más numerosa del mundo después de la Iglesia católica con más de 300 millones de fieles en todo el mundo.
La Iglesia ortodoxa se considera la heredera de todas las comunidades cristianas de la mitad oriental del Mediterráneo. Su doctrina teológica se estableció en una serie de concilios, de los cuales los más importantes son los primeros Siete Concilios, llamados "ecuménicos" que tuvieron lugar entre los siglos IV y VIII. Tras varios desencuentros y conflictos, la Iglesia católica ortodoxa y la Iglesia católica romana se separaron en el llamado "Cisma de Oriente y Occidente", el 16 de julio de 1054.
El cristianismo ortodoxo se difundió por Europa Oriental gracias al prestigio del Imperio bizantino y a la labor de numerosos grupos misioneros.
Al igual que la Iglesia católica romana, la Iglesia ortodoxa posee la autoridad para canonizar o beatificar. Cuando alguna de las iglesias ortodoxas autocéfalas engrosa su santoral, obligatoriamente debe informar a todas las demás iglesias hermanadas.
La Iglesia ortodoxa niega la existencia del purgatorio por considerar insuficientes para aprobarlo las indicaciones bíblicas puestas como una base de la aserción por los católicos romanos. Sin embargo, se reza por las almas de los difuntos al igual que en la Iglesia católica.
En la Iglesia ortodoxa no se admiten las imágenes tridimensionales para veneración, como las estatuas de santos, sino únicamente imágenes planas, o bidimensionales, tales como pinturas o mosaicos, tradicionalmente llamados iconos. Las esculturas o bajorrelieves que se encuentran en el interior de los templos ortodoxos son de carácter sólo ornamental.