El culto a la personalidad no es otra cosa que la adulación –o adoración- unipersonal de un caudillo que por lo general es un dictador o un autócrata en el presente. En el pasado, el culto a la personalidad llegó a ser tan extremo que a algunos emperadores se les llegó a considerar como deidades. El emperador romano Tito Flavio Domiciano se declaró a sí mismo dios mientras aún vivía.
Uno de sus principales componentes es la mimetización de la figura del caudillo con el estado que rige. Si el “jefe”, “padre” o “supremo” de un país está amenazado, la “Patria” asimismo lo está. Por supuesto, si el “jefe supremo” no puede gobernar, pues la “Patria” sería ingobernable. Otro componente que define sí se practica el culto a la personalidad, es la existencia de un “enemigo común”, el cual puede ser nacional o internacional. Esto justifica el rol del caudillo porque es el “salvador” de la “Patria”. Los enemigos pueden ser una potencia extranjera, una clase étnica o social, un grupo económico o político nacional… o todos a la vez tratando de ir en contra del “líder”, o sea, "del país". Del mismo modo, es característica del culto a la personalidad, la persecución extrema de cualquier crítico del “jefe supremo”, es atacado ante la opinión pública para someterlo al escarnio público, es amenazado, perseguido y en algunas dictaduras hasta aniquilados. En cuanto a la propaganda, veremos al “supremo” en imágenes, fotografías, películas, videos y en todo medio masivo como un ser envuelto en un carisma cuasi-divino como el gran proveedor de la felicidad de “su pueblo”. Hasta cuando el caudillo se enferma, se afecta el país.
A Hitler y a Mussolini se les presentaba como los grandes benefactores de Alemania e Italia respectivamente. Al general Franco, como “caudillo de España por la gracia de Dios”. A Stalin, como el “padrecito”. Estos “bondadosos” dictadores asesinaron a millones de seres humanos sin que se les moviera su aureola.
Otros casos adicionales de culto a la personalidad lo encontramos en Cuba con los hermanos Castro, en Corea del Norte con la dinastía Kim.
De alguna u otra manera, estos déspotas logran "endiosarse" para procurarse un halo de divinidad.
En Venezuela se ha creado un culto místico a la personalidad alrededor del fallecido Presidente Hugo Chávez, en el que algunos de sus seguidores lo veneran.
Durante su vida, Chávez logró muchos seguidores debido en parte a su carisma y al uso populista de fondos provenientes del petroleo.
Desde su muerte, sus seguidores, frecuentemente hablan de su muerte como una "transición hacia la inmortalidad", generalmente dándole a Chávez el nombre de "comandante eterno". Chávez entre los chavistas, ha sido comparado con figuras santas, especialmente por quien fue el "escogido" testamentariamente por Chávez como su sucesor, Nicolás Maduro...
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