En los primeros tiempos de acuerdo a distintas creencias y religiones estuvieron presentes Diosas como Hera, la esposa de Zeus y reina del Olimpo, o Afrodita, Diosa del Amor. Atenea, Diosa de la sabiduría, la estrategia y la guerra justa en Grecia, Baste, Nut, Isis, Gran diosa madre o Reina de los dioses, Sejmet en el Antiguo Egipto, fueron Diosas al igual que Artemisa, Gea, Pandora, Helena, Penelope, Selene, Medusa e Hipólita para los griegos, Venus, Diosa del Amor y del Romance, Vesta: Diosa del Fuego, Minerva, Diosa de la inteligencia, Diana, Diosa de la Virginidad, para los romanos, Freya, Gullveig, Nerthus, para los nórdicos, Lilit, en Mesopotamia, Coatlicue, Xochiquétzal, Chalchiuhtlicue, en México, Scatha, Scatha, Epona, entre los celtas, Guan Yin, en el Budismo, Yemayá, Oshun, Oya, en Africa, Ixchel, Ixtab, entre los mayas , Brigit en Irlanda, Ceridwen, de la civilización galesa, Samovila de la cultura vinca, Tiamat de los babilónicos, Deví, Sarasvati en la India, y Amaterasu en el Shintoísmo, para citar las más conocidas por la humanidad.
La extrema importancia de que multiples religiones hayan mantenido en sus creencias la existencias de distintas Diosas, junto a los Dioses masculinos, es que la mujer esta a la par del hombre como deidades. Lo cual no ocurre con las religiones abrahámicas que son los credos monoteístas que reconocen una tradición espiritual identificada con Abraham. El término es usado principalmente para referirse al judaísmo, cristianismo, catolicismo e islam. En estas religiones hay un solo Dios, presuntamente masculino y la mujer es dejada en un segundo plano.
Todo comienza con la creación, donde supuestamente Dios hizo al hombre, pero Eva sale de la costilla de Adán sugiriendo la dependencia de ella a él. A partir de allí las sociedades donde estas religiones son mayoritarias o determinantes, la mujer ha estado en minusvalía, discriminada y el algunos casos esclavizada...